La historia comienza hace mucho tiempo atrás cuando la vida cotidiana eran de bajos recursos. Cuando en determinados lugares no había escuelas públicas por tratarse de pueblitos alejados de la ciudad.
Las maestras iban a esos pueblitos llevando con gran dedicación la educación, también llevaban libros de cuentos.
La maestra los sentaba bajo un gran árbol, donde pasaban casi todo el día, los niños escuchaban con gran atención y sus mentes volaban con la imaginación y viajaban viviendo grandes aventuras, creyéndose parte de los cuentos.
Luego, la vida fue cambiando, la tecnología fue avanzando y los libros fueron quedando olvidados. El lugar se volvió frío y sólo quedó el recuerdo de aquellos niños que esperaban ansiosos la llegada de aquella maestra para emprender un viaje a un lugar lleno de magia donde todo era felicidad y fantasía.
Cierto día los libros charlando entre sí dijeron:
- No estamos tan olvidado, esta mujer nos leyó y dijo que amo los niños y leer, pondré todo de mí, iré escuela por escuela para que los niños vuelvan a creer en la magia y en la verdad.
Y fue así, lugar por lugar donde ha ido ha dejado plantada una semilla en el corazón de los niños pero no sólo en los niños sino también en los grandes. Y hasta clubes de narradores se formaron y si desean saber el final lean mucho y verán el resultado.
Traté de respetar al máximo el argumento. Esto me fue entregado el día del cierre del taller con el Plan Juntos. Un regalo que toca el corazón.
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