viernes, 12 de diciembre de 2014

Una escuela con historia "cuentera"...

Hace muchos años yo estuve sentada, como alumna , en los bancos de esta escuela de mi barrio. Me parece recordar a mi maestra Nidia - de 6to año - que nos decía a diario "está prohibido que suene la campanilla" sin haber leído un cuento, para compartir luego con la familia. Hoy, valoro más que nunca el haberla encontrado en mi camino escolar y resignifico ¡cuánto sabía ella de la formación de lectores y cuánto dejó ese saber suyo  en cada uno, de quienes fuimos sus alumnos.Quizá allí se avivó en mi ese "sabor" por los cuentos y esa convicción de que los niños y las niñas que crecen entre cuentos, tienen más posibilidad de ser felices. ¡Gracias Maestra! 
Por eso es que el haber estado en los 6tos años de esta escuela leyendo para más de 45 alumnos, me llenó de alegría y me conmovió el alma, porque más allá de la maravillosa historia de "El misterioso caballero sin nombre" de Cornelia Funke, que acerqué a los niños y que disfrutaron a pleno, volví a mi salón yl os recuerdos de añosos de niña feliz en esos bancos, me hiecieron sentir infinitamente feliz.

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