El viernes 25 la
llovizna sanducera, otra vez nos impidió llenar la plaza de
historias...pero no importó, porque como el objetivo era celebrar el
libro leyendo : las historias llenaron una escuela cercana a la plaza.
Allí estuvimos, en la Ela 99. Muchísimos cuentos desfilaron ante ojitos llenos de curiosidad.
Al
final : un deleite para el corazón : la historia de un león que rugió y
rugió hasta que al final pudo leerse él mismo en su libro:
"El león que no sabía escribir" de Martín Baltscheit.
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